Había salido a bailar como casi todos los fines de semana. Estando en el boliche, siempre me gusta histeriquear con todo el mundo, y cuando alguno me gusta, me divierte mucho besarlos y meterles la mano debajo de su pantalón para pajearlos un rato y dejarlos super calientes.-
Esa noche no fue la excepción. Habia cuatro pibes hablando, de los cuales me gustaban dos. Como no podía ser de otra manera, empecé a pasar por delante de ellos mirándoles el bulto. Ellos se dieron cuenta y comenzaron a mirarme, hacerme gestos, a tocarse el bulto.
El que mas me gustaba estaba super alzado conmigo y me siguió hasta el baño.
Lo espere adentro de una de las cabinas y entro apurado. Lo empecé a besar y a manosear su paquete hasta ponérselo durísimo. Me dijo que se llamaba Fabián y yo le mentí, le dije que mi nombre era Ariel. Cuando tuvo la verga como una roca, me di vuelta y apoye mi culo contra su pija, lo apreté bien para sentirlo a través del pantalón, después le di un beso y me fui riendo.
La noche siguió su curso y en un momento que me encontraba en la barra esperando que me dieran un trago, se me pone al lado el amigo de Fabián, y riéndose me dijo: “como lo dejaste al pobre Fabi, no se le baja la pija, vas a tener que hacer algo”. Yo le dije que a el tenia ganas de hacerle algo, mirándole el paquete y apoyándole mi pierna en el bulto. Ya lo tenia durísimo y pude apreciar que era mas grande que el de Fabián.
Me dijo que se llamaba Marcos y que si quería ir con el para los reservados. Por supuesto que accedí. El se sentó y yo abriendo las piernas me senté de frente sobre su pija, así podía sentirla en el orto y besarlo. Así estuvimos un rato, hasta que me dijo que no daba mas, que le dolía la verga y que quería que nos vayamos a un hotel. Yo le dije que no, que todavía era temprano para irme. Me levante y me fui. Marcos se quedo sentado con cara de pocos amigos, mirándome fijamente.-
Ya a las 4 de la mañana, decidí irme a casa, estaba un poco cansado. Salgo del boliche y camino hasta la esquina para esperar un taxi. Estaba en eso, cuando se estaciona un auto negro al lado mío, bajan el vidrio y veo que era Fabián. Me preguntó si quería que me llevara a algún lugar. Yo le dije que no, que prefería tomar un taxi. Tanto insistió que me subí a su auto. Ni bien me senté, puse mi mano en su entrepierna que seguía erecta y lo empecé a pajear sobre el pantalón. Me pedía que siguiera y empezaba a respirar agitado. La verdad es que Fabián era todo un macho y la verga no era para despreciar. Decidí bajarle el cierre y liberar su miembro, el cual salto con fuerza pegando en su abdomen.
Lo seguí pajeando hasta que de pronto pego un grito y la leche salto contra el volante del auto, ensuciándome toda la mano. Había leche por todos lados y la cabina se inundo de olor a hombre. Me excite tanto que no pude evitar chupar mis dedos y esto lo volvió loco. Me dijo que quería cogerme, que fuéramos hasta su casa que quedaba a unas cuadras de donde estábamos.
A mi el culo ya me palpitaba y quería tener esa verga adentro. Le dije que si y empecé a chapársela, ya que no se le había bajado después de acabar. Le limpie toda la pija con mi boca y se la volví a guardar dentro del pantalón. Una vez en el ascensor nos empezamos a besar y le pedí que me escupiera en la boca. Me quedó mirando y me dijo: “así que te gusta bien sucio putito?, ahora vas a saber lo que es un macho de verdad” y abriéndome la boca con su mano me lleno de su saliva e hizo que me la tragara. Salimos del ascensor y ni bien abrió la puerta del departamento me dio un empujón contra el sillón. Se saco la remera y los zapatos. Se saco rápidamente el cinturón y me lo puso como collar en el cuello. Hasta ahí la cosa me excitaba y me puse a mil. Me fue sacando la ropa y me hizo arrodillar delante de el. Yo lo mire y abrí la boca y el me volvió a escupir. Desde esa posición pude apreciar su cuerpo lleno de músculos y cubierto de vello. Un macho peludo que despedía olor a hombre. Le fui sacando el pantalón hasta dejarlo en bolas, con la pija super dura. Pude ver por primera vez sus huevos, dos enormes bolas llenas de pelos y con restos de semen por la acabada anterior.
Hundí mi nariz entre sus piernas y me impregne de su olor a bolas y culo. Empecé a pasar mi lengua por sus huevos y a recorrer el camino hasta su agujero. Lo chupe con ganas. Lo lleve hasta el sillón y lo hice sentar con las piernas bien abiertas. Me arrodille delante de su verga de casi 20 cm , bien gorda y empecé a chuparla. Me la tragaba entera y la dejaba alojada en mi garganta. El me cogía con fuerza y cuando la sacaba me pegaba porongazos en la cara y me escupía. Se levanto y me subió al sillón, me hizo poner en cuatro y empezó a chuparme el culo y a meter sus dedos con furia, me dolía un poco pero estaba super caliente. Sin decir una palabra, sentí que apoyo la cabeza de su verga en la entrada del culo y comenzó a hacer presión. Yo me relaje y le pedí que la meta toda de un solo golpe y así lo hizo. Un dolor me doblo a la mitad y sentí sus huevos chocar con mis nalgas. La tenia entera adentro. Empezó un mete saca furioso, me tiraba del pelo y me gritaba puto, esto querías, necesitabas verga maricón, te voy a dejar lleno de leche putazo.
Yo solo pedía que siguiera que quería su leche en mi cara. Me dio vuelta, levanto mis piernas y me la enterró de nuevo, me daba cachetazos en la cara y dejaba caer su saliva en mi boca, que yo tragaba extasiado. De pronto me la saca y me toma del pelo, me acerca a su verga y se comienza a masturbar con rapidez. Me dice abrí bien la boca puto, y mete su terrible miembro hasta la garganta y empieza a soltar su semen. La leche cayo directo a mi garganta, sentía como me bajaba al estomago, pues la tenia enterrada entera hasta el fondo y empecé a ahogarme.
Lo empujaba pero no se movía y no largaba mi cabeza. Por fin la saco y cayo rendido en el suelo. Yo respire y trate de escupir pero ya me había tragado toda su leche.-
Me acosté a su lado, apoyando mi cabeza en su entrepierna. Me gustaba su olor y respiraba hondo para llenar mi nariz de su sudor, semen y mi propio interior. Empecé a pasarle la lengua por las bolas y bajando por sus piernas llegue a sus pies. Los empecé a chupar, dedo por dedo, las plantas, alternando uno a uno y los dos juntos. Su pija empezó a crecer otra vez. Se paro, me levanto del suelo, me besó profundo. Yo levante su brazo y comencé a lamer sus axilas transpiradas, tomaba todo su sudor. Fabián me miro con ojos raros y tomándome del cuello con sus manos me dijo: sos un puto asqueroso, ahora vas a saber lo que es bueno, no te van a quedar mas ganas de joder con los tipos”. Su expresión me asusto mucho e intente zafarme de sus manos, pero no pude… (continuara…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario