Era verano, mas de 38 grados, un sábado cayendo la tarde circulaba con mi auto por Av. Libertador. Me detengo en el semáforo que marcaba rojo. Me sorprende la figura de un muchacho que se acercaba corriendo hacia el vehiculo llevando algo en sus manos. Era un limpia vidrios, esos que están en las esquinas para limpiarte los vidrios del auto a cambio de unas pocas monedas. Me hace señas y yo le contesto con un movimiento de cabeza que no tenia cambio. Se ríe y en un gesto de no importarle, echa un liquido sobre el parabrisas y comienza a desparramarlo con una escobilla. Un tanto molesto, me detengo a mirar detalladamente al sujeto, advirtiendo que era un joven de no mas de 20 años, delgado con los pectorales y brazos algo marcados. No llevaba remera, y en un momento levanta su brazo para terminar de limpiar el vidrio. Me quede con la boca abierta al ver los vellos renegridos de sus axilas, las cuales eran muy peludas para su edad. Me quede mirándolo sin pestañar y sintiendo como un calor, mas del que hacia en la ciudad, me subía como fuego a mi cara. Siento que me golpean la ventana, y era el muchacho que me indicaba que había cambiado el color del semáforo y debía circular. Aturdido puse primera, y al segundo advertí que tenia la pija completamente dura. Hice unas cuadras y pegue la vuelta en un rapto inconciente.
Me sentía fuera de control, quería volver a donde estaba el muchacho. Así lo hice, retome en la esquina y volví a pasar por el semáforo don lo había visto minutos antes, con marcha despacio para que el indicador se pusiera rojo nuevamente y así poder detenerme.
Cuando veo que cambia a rojo, acelero y me detengo en le mismo lugar que antes. No circulaban muchos autos, por cuanto una vez mas se acerca a mi coche. Al verme, se ríe e intenta pegar la vuelta. Es ahí cuando bajo la ventanilla y le hago señas. Mientras se acerca, busco en mi bolsillo un billete, eran 20 pesos y se los entrego. Me miro extrañado y me dijo si quería que me limpie el de atrás también. Le digo que si, y es en ese momento donde por el retrovisor vuelvo a ver esas axilas peludas que tanto me habían calentado.
Termina, me hace un gesto con la mano y nuevamente emprendo la marcha. Sentía el pantalón a explotar, necesitaba con locura pasar mi lengua por ese cuerpo, por esas axilas peludas y transpiradas.
En la esquina giro, y me detengo. No sabia como encararlo, ya que el muchacho se veía muy machito y de bastante baja condición y no sabía como reaccionaria. Así estuve un rato tocándome la verga por sobre el pantalón. Ya estaba a punto de estallar.
Cuando me decidí a buscarlo otra vez, paso por la esquina y no estaba. Con marcha lenta me pongo a buscarlo y lo veo que se estaba yendo. Lo alcanzo y le toco bocina. Se acerca a la ventanilla y le digo si quería que lo acerque a algún lado. Me miro raro y me dijo que el no era puto. Le conteste que lo sabia, que solo quería ayudarlo llevándolo.
Extraño se subió al auto. Tome para el lado de unas plazas que hay por la zona y en un momento me detengo. Lo mire y le dije que me super calentaba, que quería chuparle la pija y me acerque a el. Me dio un empujón e intento abrir la puerta. Le dije que espere, que podía ayudarlo con algo de guita a cambio que me dejara tocarlo y pasar mi lengua por su cuerpo. Me dijo que puto sucio que sos, cuanto me vas a dar?. Le ofrecí 100 pesos y sin regatear los acepto. Le saque la remera e inmediatamente hundí mi nariz en sus axilas peludas. Olía fuerte, a macho transpirado, pero sin llegar a ser desagradable. Aspire fuerte su olor y lamí su humedad. Alternaba un brazo y otro. Con mi torso apoyado en su miembro, siento como cada vez estaba mas duro, y escucho que comienza a respirar profundo y agitado. Aprovecho la ocasión para poner mi nariz en su bulto, el cual se notaba excitado bajo el pantalón de gimnasia. Al apoyar mi nariz y empezar a chapárselo sobre la tela, gime y apoya sus manos con fuerzas sobre mi cabeza apretándola contra su paquete.
En un rápido movimiento bajo su pantalón y hundo mi cara en esa mata de pelos olorosos, olía fuerte a hombre, a meo, a transpiración. Pase mi lengua por sus ingles y lo enloqueció, casi gritando me dijo trágatela toda putito, sacame la leche. Me la trague de una, tenia la boca totalmente lubricada por mi saliva, la chupe, la apreté con los labios, bajaba a sus huevos y así olía y chupaba toda su hombría. El tocaba con sus manos la comisura de mi boca, como para constatar que la tenia bien enterrada hasta la garganta y se movía como cogiendome. Me fui bajando el pantalón y aprovechando sus dedos lubricados por mi saliva, tome una de sus manos y la lleve despacio, sin dejar de chuparle la verga, hasta mi culo.
Le fui indicando con mi mano el camino a mi agujero, el que fue penetrado por dos de sus dedos. Los metía y los sacaba sin dejar de respirar y jadear. En un momento con la voz entrecortada me dice que nunca la había metido en el culo de nadie y que quería probar. Recline su asiento al máximo y me monte sobre el. Me senté de golpe en su pija que entro hasta el fondo, no tenia una gran verga pero si bastante gorda. Minutos después me dijo que estaba incomodo. Como ya era de noche y el lugar era alejado y oscuro, abrí la puerta, y lo hice bajar. Yo con mis codos apoyados en el asiento, deje mi culo parado fuera del auto. El se colocó atrás y empezó a bombear. Estaba tan excitado que no tardo mucho en acabar sobre mi espalda. Al sentir su leche caliente, acabe sin tocarme sobre el asiento del auto.
Recién ahí tome conciencia de lo que había hecho. Me levante, me vestí, le pase su mochila y sin decir una palabra me subí al auto y me fui.
Todo el viaje de regreso a casa me acompaño su profundo olor a macho en mi nariz, en mi boca y en mi cuerpo. Tuve que hacerme una super paja para poder apagar la calentura que aun tenia.-
