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miércoles, 20 de julio de 2011

relatos - Por jugar con los hombres. part. 2

Empezó a reírse y me soltó. Yo estaba muy nervioso e intenté vestirme para salir de allí de una vez. Fabián me rodeo fuerte con sus brazos y empezó a besarme los hombros, me dijo que era una broma, que pensó que me gustaría eso, pero que el no era así, que era un juego nada mas. Me pidió que me quedara y accedí, me gustaba mucho y el miedo que tenia hacia que me excitara mas estar con el.
     Al rato fuimos a su habitación, la que estaba iluminada únicamente con la luz de dos velas de noche. Me acostó boca abajo y se echo encima mío, ubicando la punta de su miembro en la puerta de mi ya dilatado culo. Con movimientos suaves me la fue enterrando hasta la mitad y se quedo quieto. Tenia media pija metida en el culo y sentía su respiración muy fuerte en mi oreja, la cual chupaba cada tanto, intentado meter su lengua. Comenzó a meterla y sacarla a buen ritmo, mientras me preguntaba si quería jugar a un juego, que me iba a gustar mucho. Extasiado por su cogida le dije que hiciera lo que quisiera conmigo. Al escuchar mis palabras, me la saco de golpe y se sentó sobre mi espalda. Tomó mis brazos y me los ato por las muñecas con una camisa.
Levantándome por la cintura, puso dos almohadas debajo de mi panza, quedando mi culo expuesto y a su entera disposición. Me dijo no te muevas y salio de la habitación. Al rato volvió con una cinta de embalar y me ato las piernas por los tobillos a los muslos. Estaba inmóvil y eso me hacia calentar muchísimo. Se ubico detrás de mi y empezó a jugar con mi agujero, introduciendo un dedo, luego dos y luego tres. Los metía y los sacaba, los movía dentro, me escupía y lubricaba bien el orto. Metía su lengua y la movía dentro, alternando con los dedos.
Yo empecé a pedir que me cogiera, que me metiera la verga, pero el me dijo que para eso había tiempo. Estabamos en esa situación cuando escucho que abren la puerta del departamento y comienzo a escuchar varias voces. Fabián pega un grito y dice “chicos, miren la sorpresa que tengo para ustedes”. Unos pasos apurados llegaron hasta la habitación, prenden la luz y eran Marcos junto a los otros dos amigos, todos los que estaban en el boliche.
Marcos dice “que hijo de puta, ahora si le voy a reventar el culo a este puto”. Se empezaron a reír mientras los tres se desvestían y empezaban a pajear sus vergas. Marcos tenia un aparato inmenso, creo que mas de 23 cm. Sus dos amigos la tenían normal, aunque uno de ellos la tenia muy gorda.
Yo empecé a gritar, a decirles que me soltaran, pero solo conseguí que Diego –el de la pija gorda- me diera una cachetada y me ordenara que cerrara la boca. Asustado, le pedí a Fabián que me dejara, que yo no quería estar con sus amigos. El me dijo, “ahora te la bancas por puto calientapijas” y todos se reían ruidosamente. Me bajaron de la cama y arrodillaron en el piso, Diego se paro detrás mío y con ambas manos me abrió la boca. Los otros tres se pararon delante como a medio metro y desde ahí me empezaron a escupir, para ver quien la embocaba. Eran unas escupidas espesas que me caían en la frente, las mejillas y muchas de ellas en la boca. Andrés, así se llamaba el cuarto, les dijo a sus amigos, me estoy re meando y no llego al baño, le voy a mear la boca al puto. Sin decir nada mas, se acerco a mi, me metió la pija en la boca y empezó a descargar sus riñones. Todos se cagaban de risa, y yo no podía mas que tragar parte de su meada, puesto que Diego aun me tenía la boca abierta con sus manos.
Diego le pregunto a Fabián si ya estaba listo y este le contesto que estaba a punto. Diego me empujo hacia delante y mi culo quedo abierto delante de el. Doblo sus rodillas y me la metió con fuerza. Me bobeaba como un loco mientras yo lo insultaba. Marcos me levanto la cabeza y me enterró la verga en la boca. La pija no entraba toda pero no dejaba de intentarlo. Me dolía la garganta y tenia arcadas pero no se detenía. En un momento me traspaso la garganta y empezó a bombear. Andrés le dijo a Diego ahora me toca a mi, y tomando su lugar me la metió también de un empujón. Por su tamaño, no me hacia doler y eso lo enfurecía. Entonces le dijo a Diego, ayudame a sentarlo en mi pija. Se tiro al suelo y me sentaron arriba de su verga. Diego se ubico detrás y me la metió también. No podía gritar porque tenia el fierro de Marcos hasta el fondo de la garganta.
Así estuvieron hasta que Fabián dijo ahora se la pongo yo. Diego saco la verga y le dejo su lugar. Sentí que me partía. Tenía la verga de Andrés metida en el culo y la cabezota de Fabián intentando entrar. Finalmente me penetro y perdiendo las fuerzas me deje hacer sin resistencia. Así estuvieron alternándose en mi ojete. Lo peor fue cuando el que se tiro en el piso fue Fabián. Me sentaron en su verga y quien se ubico detrás de mi fue Marcos. Sentí que me desmayaba cuando los dos empezaron a bombearme al mismo tiempo. Los otros dos se pajeaban a mis constados y me acabaron en la boca. Marcos y Fabián me llenaron el culo de leche.
Cansados, me soltaron de mis ataduras y me llevaron al baño. Me metieron en la bañera y empezaron a mearme la cara y el cuerpo. Volvieron a hacer que se las chupara, cogiendo con fuerza la boca y fueron acabándome en la cara y metiéndome el resto de semen con sus dedos en la boca.
Después de eso, me llevaron al living y me hicieron vestir. Fabián se reía y me decía, ahora te vestís y te vas así, lleno de leche y meo, porque sos un puto de mierda. Vas a aprender a no jugar mas con los hombres. Me vestí y Salí corriendo. Ya era de día y la vergüenza, sumado al dolor de mi culo era insoportable. Me limpie como pude el pelo y la cara con mis calzoncillos que no me los había puesto, justamente para poder asearme un poco. Corrí hasta una estación de servicio y entre al baño. Allí me lave la cara. Tome un taxi y me fui a casa. El sábado siguiente volví al boliche y ahí estaban otra vez los cuatro…


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