Volví a cruzarme con Fabián en el mismo boliche que la semana anterior. Al verlo me quede paralizado, mirándolo fijo y sintiendo bronca y un poco de temor. El esquivó mi mirada, seguramente sintiéndose culpable y avergonzado por lo que me había hecho.
Seguí mi camino y me pare en la barra. Saludé a todos los del lugar como de costumbre y me senté cerca de la cabina del DJ junto con unos amigos. Cuando ellos se fueron a la pista, me quedé solo y de pronto siento que me tocan la cintura por detrás. Al darme vuelta veo que era Fabián. Sin decir palabra alguna me ofrece un trago. Yo lo miro con recelo y el me dice: “averigüé en la barra que es lo que te gusta y me dieron esto, quiero pedirte disculpas por la otra noche y complacerte en todo para siempre”.-
No se porque se me escapó una sonrisa que fue contestada por una de el. Tome el vaso y el me agarro la mano. Nos sentamos. Ambos estábamos nerviosos y nos quedamos un largo rato en silencio. No soporte mas la situación y en un rápido movimiento me senté sobre sus piernas, apoyando fuertemente mi culo en su verga y comencé a besarlo apasionadamente. Así estuvimos un rato largo, moviendo mi cola hacia atrás y adelante para sentir su miembro hincharse debajo mío, hasta que comencé a meter mis manos bajo su pantalón. Acariciándole la pija que ya estaba como una roca no dejaba de chupar su lengua, su cuello, su boca. El jadeaba como un loco y ante ello comencé a pajearlo con fuerza. Me dijo que no daba mas, que iba a acabar en su ropa interior. Automáticamente deje de masturbarlo, retire mis manos y me baje de sus piernas. Se quedo helado mirándome, seguía respirando agitado sin entender porque me había salido. Simplemente me reí y continúe tomando el trago que me había ofrecido al llegar.
Era imposible disimular sus 20 cm erectos dentro del pantalón y eso me causaba mucho morbo, aunque para el fuera un momento vergonzante.-
Lo tome de la mano, el se negaba a pararse pero ante mi insistencia accedió. Le pedí que me acompañara al baño, así tenía su recompensa. Se paro detrás mío y apoyándome su abultada verga en el culo comenzamos a caminar. En el trayecto me hice a un costado y deje expuesta su entrepierna a la vista de todos los presentes. Me miraba con odio y desaprobación, por lo que procedí a tapar su bulto con mi mano, lo que empeoró la situación para el. Unos pasos mas adelante pareció que ya no le molestaba. Se detuvo cerca de la puerta del baño, me tomó por la cintura apoyando su miembro sobre el mío, se chupo un dedo para meterlo por la cintura del pantalón hasta llegar al agujero de mi culo, el cual penetró y comenzó a moverlo. La situación lejos de acomplejarme me excitó, por cuanto mi pija reaccionó saltando como un resorte.
Nos besamos larga y furiosamente. Lo tome del cuello y sin dejar de mezclar nuestras salivas di unos pasos hacia atrás hasta alcanzar la pared. Allí me di vuelta y el con rapidez me apoyó todo su pedazo en el culo. Tome sus manos y las lleve a mi pecho para que apretara con fuerza mis tetillas, las cuales comenzó a pellizcar con violencia. Ahora el que no daba mas era yo, quería tener su pija nuevamente reventándome el culo. Necesitaba su leche caliente y espesa en mi boca una vez más.
Nos detuvimos y nos miramos por un segundo. Salimos del lugar hacia su auto el cual estaba estacionado en la calle detrás del boliche. Llegando a la esquina, la misma estaba a oscuras, llegándole solo unas ráfagas de luz esporádicas productos de los vehículos que circulaban por la avenida. Sin mediar palabra y mientras Fabián buscaba en su bolsillo las llaves del auto, me arrodille a sus pies y rápidamente saque su miembro del pantalón con un poco de dificultad, debido al tamaño alcanzado por la excitación. Me lo metí de una hasta la mitad, lo continúe ensalivando y luego de dos intentos lo introduje hasta mi garganta. Dos embestidas suyas fueron suficientes para que derramara todo su semen directo a mi estomago. Con la nariz pegada a sus pelos sin recortar, que olían hermoso a macho y mi mentón aplastando sus dos enormes huevos también peludos y un poco sudados, apretó aun mas mi cabeza contra su vientre para que no se derramara una gota de la leche que me estaba haciendo tragar. Comencé a ahogarme pero una vez mas parecía no importarle. Sentí directo a mi estomago algo así como 5 o 6 chorros, bien espesos y clientes.
Saco su pija de mi boca totalmente limpia, como si nada hubiera pasado. En mi boca tampoco había rastros de su brutal acabada. Mientras intentaba guardar nuevamente su miembro, me levanto, bajo mis pantalones hasta media pierna y apoyo ambas manos contra la pared, arqueando al máximo mi cintura y dejando mi redondo y duro culo totalmente expuesto. Con un salto llego a mi y hundió su cara entre mis cantos, sacando al máximo su lengua y dándome una chupada de orto infernal. Sus dedos se perdían uno a uno en mi interior, entrando y saliendo con rapidez. Su verga ocupo el lugar vacío que sus dedos habían dejado y comenzó a culearme en forma feroz. Sacaba todo el pedazo y lo volvía a hundir hasta tocar sus huevos con los míos. Jadeábamos desesperados y sentía como su transpiración caía en mi espalda. El comienza a pajearme y acabe con grandes chorros contra la pared. Al sentir las contracciones de mi culo sobre su miembro caliente, debido a la eyaculacion feroz que estaba teniendo, comenzó a vaciarse una vez mas, pero esta vez dentro mío. Sentí 4 o 5 trallazos atravesar mi canal y llegar a lo mas profundo de mi. Saco su pija y tomando mi cabeza me hizo limpiársela. Sin reparo alguna nuevamente la trague y lamí el semen que había quedado en ella. Esta vez su pija y huevos olían fuerte a macho, aproveche para sorber la transpiración de sus ingles y huevos. Me paré y el intentó meter sus dedos en mi agujero, cosa que no permití cerrando y apretando por completo mi ano. Me miro y me pregunto por que lo hacia. Le dije que quería mantenerlo allí, para degustarlo con mas sabor al llegar a su casa…..
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